En un SSD, los datos se graban guardando diferentes niveles de energía en cada celda de almacenamiento.
Antes de poder escribir en una celda esta debe ser «vaciada», y este proceso es lento pues las celdas con información que ya no será utilizada se ponen en un «grupo» (pool) que será sobrescrito después.
Al mantener encendido el SSD, constantemente se ejecuta el comando TRIM, que es una instrucción de mantenimiento automático programada en todas las unidades de estado sólido.
Esta instrucción sobrescribe con ceros o con patrones aleatorios todos los espacios del «pool», para dejar las celdas «vacías», lo que indica al sistema operativo que están disponibles para contener nuevos datos.
La función TRIM también sobrescribe constantemente información pues otra de sus funciones es la de «nivelar» el desgaste («wear leveling»).
Esta instrucción se activa automaticamente, a veces incluso segundos después de ejecutar el comando «borrar».
En estos casos ya no es posible recuperar los datos pues las celdas ya contienen solo los datos nuevos (los ceros que escribió TRIM).
Hacer un formateo de cualquier tipo en un SSD casi siempre lleva a la pérdida definitiva de la información.
Recuperar datos de este tipo de dispositivos es complejo, y casi siempre el primer intento de recuperación (si se hace correctamente), es el que tiene más probabilidades de éxito.
Por eso, si nos damos cuenta de que no tenemos acceso a algunos datos, es VITAL apagar el SSD y acudir con un especialista de recuperacion de datos.
Nosotros conocemos del tema y contamos con herramientas y técnicas específicas para evitar en la medida de lo posible la pérdida definitiva de la información.